(Inspirado en la fotografía “Julia sentada junto a Grego” de J. Medina)
JULIA SENTADA JUNTO A GREGO
A ella,
que siempre fue de risa fácil,
se le nubló la boca
entre cuatro palabras y algún trueno
una tarde de plomo.
Ningún signo exterior la puso en guardia
y cayó derribada,
rotas la voluntad y las defensas.
La que fuera mujer llamada Grego
es ahora muñeca
que apenas mueve ojos y una mano.
Inquietan sus miradas que se pierden
más allá de los rostros y la bruma
y sólo cobran vida
cuando Julia, a su lado,
toda miel la palabra,
le susurra al oído:
-Mamá, si comes un poquito,
te prometo que pronto
correremos de nuevo por el prado.
Y las horas se enredan
detrás de los silencios
esperando el regreso de las luces.
(Del libro "Mirar el arte en clave de poesía"
Beturia Ediciones -2006)