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lunes, 23 de agosto de 2010

INCIDENTE



INCIDENTE


Estaba Don Leandro en el altar
celebrando los ritos de la misa,
ceremonioso, sin ninguna prisa,
y justo en el momento de cantar

quedose inmóvil, sin poder andar.
Su boca se contrajo sin sonrisa,
el sudor se le heló tras la camisa
y estuvo casi a punto de llorar.

Los parroquianos vieron con sorpresa
al párroco perder los pantalones,
y en la primera fila la abadesa

gritó enojada, sin contemplaciones
-Olvidaste en mi celda el cinturón.
¡Es que vas como un loco, so bribón!



                     Juan Calderón Matador
                                     
(Del libro "Divertimento- Rimas jocosas y onomatopeyas" Cuadernos de Poesia Nueva-
Asociación Prometeo de Poesía. 2005)