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Árbol en el camino (Óleo de ANA MUÑOZ) |
MUJER TRISTE
Era mi madre por entonces
una mujer sin alegría,
un armazón de huesos
que fregaba las losas y guisaba;
y yo me pregunté más de mil veces
quién
le habría prestado la sonrisa
para hacerse la foto de la boda.
Aquella tan hermosa
era la que anhelaba
tener junto a mí siempre,
con su sombrero negro,
el vestido bonito
y aquellos dos hoyuelos en la cara.
La ternura suplía la falta de alborozo.
En el bolsillo de su bata
nacían las estrellas.
Durante muchos años
le perseguí la sombra
para hacerle cosquillas en la nuca
y creerla feliz de cuando en cuando.
(Del libro "Eco de niño para voz de hombre", Ediciones Cardeñoso- 2003, autor: Juan Calderón Matador)
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Foto Internet autor desconocido |
16 comentarios:
Juan Carlos,tu claridad y sencillez se nos cuela en el alma...El poema me trae recuerdos de mi madre,en aquella época sufrieron en silencio y ese silencio aún nos grita y nos reclama...!!
Mi felicitación y mi abrazo grande,poeta.
M.Jesús
Este poema siempre me ha parecido precioso, y cuanto más lo leo más me gusta, casi puedo ver la imagen.
Chapeau, amigo!!!. Es precioso, emocionante y profundo. Me encanta esa parte donde te refieres a los hoyuelos en el rostro. Tambien cuando preguntas quien le presto la sonrisa para el dia de la boda. Es genial, Juan. Un abrazo.
Magistral.Un saludo
Majecarmu, es un retrato de tantas y tantas mujeres, auténticas supervivientes de unos tiempos difíciles. Gracias por tu cariño y amabilidad en el comentario.
Aleizar,es reconfortante saber que estos poemas me acercan a las personas, en lugar de que se aparten de mi como de la peste. Saludos
Querido Marcos, gracias por tu comentario, siempre puntual, y te pido disculpas por no corresponderte siempre, pero es que el tiempo me come. Un fuerte abrazo
Gracias, Francisca, poe esa calificación de magistral, que seguramente es exagerada. Lo que sí es cierto es que en estos versos hay mucho corazón.
Por todas y cada una de esas mujeres tristes que renunciaron a su sonrisa por sacar adelante una vida, en silencio con arrojo y fuerza, resignación y amor. Ese cosquilleo en la nuca estoy segura que más de una ocasión la hizo muy feliz.
Un abrazo.
Gracias, Mimosa. Estoy convencido que así es, sobre todo ahora que tiene 92 años y todavía sigo haciendo todo lo posible para que sea feliz. Abrazos
PRECIOSA POESÍA AMIGO JUAN CARLOS, LLENO DE TERNURA Y TRISTEZA Y ES QUE LAS MADRES SIEMPRE ESTARAN EN NUESTROS CORAZONES POR MUCHO TIEMPO QUE PASE.UN ABRAZO.
Juan Calderón:
Me gustó mucho este poema. Me hizo recordar a la mía que ya no está.
Siempre tienen estrellas para darnos, ¿cierto?; siempre guardamos un recuerdo especial.
Salud.
Tienes razón, Mª Carmen,nada es comparable al amor de una madre. Gracias por estar ahí, siguiendo mis entradas. ¡ah!, no me llamo Juan Carlos, sólo Juan. Juan Carlos Calderón es el músico famoso, y yo no llego a tanto, ni mucho menos. De todas formas puedes llamarme como quieras. Abrazos
Hola, Victor, es hermoso que las vivencias propias puedan llegar al corazón de los demás. Si he conseguido reavivar el recuerdo de tu madre, y eso te ha hecho feliz por un momento, yo también me tengo que sentir feliz. Gracias y un abrazo.
En lo más hermoso que he leído en estos días. Me conmovió.
Saludos.
Gracias Halcón Peregrino. Los poemas de este libro son muy especiales para mí. En ellos está mi corazón. Abrazos.
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