(Inspirado en el cuadro“Alfonsina y su mar” de Liz Hentschel)
DEPRESIÓN
Ha desplegado el cielo su cortina más negra,
me niega las estrellas, la escalera del sol
para encontrar las luces.
Las calles me golpean y me refugio en casa,
pero también aquí me han descubierto
los monstruos del pasado.
Se sientan a mi mesa dispuestos a humillarme.
Dicen que a mi favor no existe saldo
para acudir al juicio en el que Dios
firmará mi condena.
Dicen
que no aprendí, que no hice nada,
que pasé de puntillas por las cosas,
ignorando los barros y las aguas.
Yo que fui tan salvaje,
hoy me siento potrillo domado de tristeza,
un pájaro asustado que va dándose golpes
en las cuatro paredes
de esta inhóspita caja que es la vida.
La voz del mar me llama
como llamó a Alfonsina.
como llamó a Alfonsina.
Me llama y yo no acudo
porque sé que está lejos
porque sé que está lejos
y me aterra el camino,
un río de impotencia para pez sin agallas.
No hay salida,
definitivamente no hay salida.
(Del libro "Mirar el Arte en Clave de Poesía"
Beturia Ediciones- 2006)