(Inspirado en la fotografía “Julia sentada junto a Grego” de J. Medina)
JULIA SENTADA JUNTO A GREGO
A ella,
que siempre fue de risa fácil,
se le nubló la boca
entre cuatro palabras y algún trueno
una tarde de plomo.
Ningún signo exterior la puso en guardia
y cayó derribada,
rotas la voluntad y las defensas.
La que fuera mujer llamada Grego
es ahora muñeca
que apenas mueve ojos y una mano.
Inquietan sus miradas que se pierden
más allá de los rostros y la bruma
y sólo cobran vida
cuando Julia, a su lado,
toda miel la palabra,
le susurra al oído:
-Mamá, si comes un poquito,
te prometo que pronto
correremos de nuevo por el prado.
Y las horas se enredan
detrás de los silencios
esperando el regreso de las luces.
(Del libro "Mirar el arte en clave de poesía"
Beturia Ediciones -2006)
5 comentarios:
Es terrible ver a alguien en esa situación, aunque el cariño ayuda. Lo sé por experiencia.
Duele ver a una persona que fué mucho, en esa situación.
Me has dejado una sensación de realidad triste, pero es bueno tu poema y la forma de describir la situación.
Un beso Juan.
Os poetas como tu
que nos transportam
para as duras realidades
fazendo-a de uma forma
sublime
são de aplaudir
e eu aplaudo de pé
boas criações
La vida impredecible, /Hoy somos/¿mañana seremos?/
Francisca te visita.
De impacto ti poema, me ha llehado al alma Juan, hacia que no te leia y me alegro de haber llehado esta tarde
Un abrazo
Stella
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